Entrelazamientos entre la Economía Solidaria y el Degrowth. Una perspectiva desde un corazón latino

Hoy me desperté a las 6:45 am, como de costumbre. Decidí que hoy sería un día productivo, como de costumbre, pero no lo fue. “Das Leben läuft nicht besonders gut, nicht nur für mich, sondern für alle”. Bueno, para algunos magnates de Wall Street la pandemia ha sido el mejor escenario para generar profits.

Hoy no me siento con ganas de escribir en inglés, entonces boté la tesis y comencé a escribir esto que prometí escribiría para nuestro proyecto de WEGO en español. We want to reach more audiences. Hace tiempo que quiero escribir en mi lengua natal, el español. Y es que, aunque es una lengua colonizadora, es la lengua que nos une a todes les latines! Cuando llegué por primera vez a The Hague, a formar parte de la red WEGO me topé con conceptos que nunca había escuchado en inglés. Uno de ellos fue Degrowth, o descrecimiento, como lo conocemos en América Latina. Yo me preguntaba, pues cómo que Degrowth, para dónde o cómo? Desde dónde se agarra impulso o cómo se va uno para atrás? Se me hacía tan raro escuchar esa palabra. Y es que yo me formé en teoría descolonial, estudié ciencia política y geografía, y aunque mi tesis la escribí con el economista Dr. Boris Marañon, nosotros no hablamos de Degrowth. Junto con él me di un clavado en los temas descoloniales, tenía yo 20 años. Para él la discusión del Degrowth no era tan relevante. Él es peruano. Para él era relevante teorizar sobre la economía solidaria, sobre trueque, sobre monedas alternativas, sobre el andino Sumak Kawsay y el Sumaq Qamana, todo desde América Latina. No descartábamos el descrecimiento, pero éramos conscientes de que retomarlo significaría agarrarle la mano a Europa, otra vez.

Yo desarrollé mi pensamiento a su lado. Trabajé con él en el Instituto de Economía de la UNAM. Juntos fuimos a encuentros de mercados alternativos, de trueques, de sentipensares. El español no reinaba, se hablaba Zapoteco, Mazahua, Tzotzil, y otros idiomas de los pueblos originarios de México. Ahí aprendí de diversidad, de practicar, de compartir y de sentir. También me hice consciente de mis privilegios, que aunque en mi familia vivimos tiempos de pobreza, yo salí blanca, y eso ya me da ventaja. Yo sólo tenía 20 años, y cada día aprendía algo nuevo y mantenía firme la esperanza de que otros mundos son posibles. Hablábamos de economía solidaria y de solidaridad económica no de Degrowth, no de descreciemiento.

Regresando a Europa, a The Hague, al doctorado. Hice mi marco teórico. Comencé a analizar food waste/desperdicio de comida, care, the commons.. I saw on the management of food waste/ desperdicio de comida the potential development of other economies. Y desarrollando mi marco teórico me encontré ante una gama alta de categorizaciones. La pregunta era: cómo teorizar esas prácticas de economía que identifiqué en las prácticas de gobernanza del food waste/desperdicio de comida? Me decidí por enmarcarlas en las teorizaciones de la economía solidaria. Decidí no utilizar el concepto de community economies o el de Degrowth por las siguientes razones. La economía solidaria pone en el centro de las relaciones económicas las prácticas de reciprocidad. Esto significa que un bien tanto material como inmaterial se mueve en direcciones multilaterales y genera relaciones de responsabilidad entre los sujetos. Es decir, el bien es entregado a alguien, ese alguien lo acepta, pero tiene la responsabilidad de regresarlo. En tiempos y espacios diferentes y en acciones o servicios diferentes al bien entregado, claro. Esto crea sin duda lazos de responsabilidad entre las partes y gestos de cuidado al procurar tener que devolver un bien. La economía solidaria teorizada en América Latina rescata la idea de la reciprocidad de sociedades originarias. La práctica fundadora de relaciones sociales se encontraba basada en las prácticas de trueque y reciprocidad. Eran otras civilizaciones, otra economía. En este contexto, la economía solidaria apuesta por la consolidación de otra economía, pero reconoce que el capitalismo es un mal que no es fácil de acabar ni de transformar. Es así que practicar economía solidaria significa consolidar un eje fundacional para la organización social, económica y política dentro de los linderos del capitalismo.

El degrowth en cambio pone en su núcleo la discusión del crecimiento económico y el consumo. Es un término atractivo como una apuesta para censurar o disminuir el crecimiento de sectores económicos y el reparto del trabajo. Es un proyecto político que busca reivindicar una vida otra. Busca una reorganización de la sociedad desde una perspectiva en la que se reafirma el rescate del derecho a la vida misma por sobre el consumo, la organización capitalista del trabajo y la explotación de la naturaleza. Se busca una desvinculación de la vida con respecto al dinero. Se busca recuperar lo local frente a la organización global capitalista. El degrowth busca repensar la organización de la vida por la vida misma. La pregunta aquí sería cómo comenzamos a hacer eso sin una base política que practique en su vida cotidiana gestos de intercambio y reciprocidad? Cómo imaginar sociedades en descrecimiento que no han generado vínculos solidarios entre los sujetos? Cómo imaginar una economía local sin caer en la reproducción de prácticas neoliberales?

En suma, el Degrowth es un proyecto político con una apuesta inmensa por un cambio social, mientras que la economía solidaria es un proyecto político acompañado por una transformación de valores que se construyen desde abajo. La economía solidaria no compite directamente con el capital, sino que comienza a apropiarse de sus espacios. Comienza a construir redes y busca consolidar lazos solidarios para la fundación de una sociedad basada en el cuidado entre los sujetos y entre los sujetos con la naturaleza.